jueves, 10 de noviembre de 2016

La Posesión Demoníaca de los Niños de Illfurth en Francia (1864).

Thibault y Joseph tenían respectivamente 9 y 8 años de edad, Ellos son los 2 primero niños de los que se tiene registro como poseído y documentado por Corrado Balducci, el gran de monólogo y exorcista italiano. La familia Burner, era una modesta familia pobre y sin historia en este pueblo. El padre, Joseph, era un vendedor ambulante de cerillas y yescas (substancias inflamables que servían entonces para encender los fuegos). La madre, Marie Anne era una mujer de su casa que se ocupaba de sus cinco niños.

Thibault, el mayor, contaba terribles visiones de un ser de pesadilla visible únicamente por él, que tenía el cuerpo cubierto de plumas, sus manos eran garras y tenía un pico de pato. Frecuentemente, se volvía completamente histérico (de veinte a treinta veces al día) y parecía luchar con este ser invisible que trataba, según decía, de estrangularlo.
Lo más curioso era que frecuentemente se encontraba en las ropas del niño, tras sus luchas encarnizadas, algunas plumas que desprendían un hedor espantoso, mezcladas con una planta parecida a una hierba acuática.

Con el tiempo, el suelo de la habitación se fue cubriendo de una densa capa de estas plumas diabólicas que hacían la atmósfera irrespirable y que la familia eliminó quemándolas. Sorprendentemente, ellas no dejaban cenizas. 

El cura del pueblo, el Padre. Briey, considerado como un hombre santo, concluyó que se trataba de un caso de posesión, porque, además de las extrañas manifestaciones que golpeaban a los dos niños, estos se ponían a blasfemar frecuentemente sin necesidad de abrir sus bocas salía una voz adulta, se reían del efecto que sus poderes hacían sobre el personal, como inundar la habitación de un calor sofocante que era insoportable incluso en el más crudo invierno.  Entraban en cólera espantosa a la vista del crucifijo o del agua bendita. ¡Cuando se pronunciaba el nombre de la Virgen María, de Jesucristo o de la Santa Trinidad, los niños se ponían a gritar de terror! Si estando dormidos se les ponía un rosario sobre su cama, se despertaban de sobresalto y se escondían en lo más profundo de su cama. Además sus cuerpos, yacidos o sentados, se elevaban por manos invisibles.

También se producía en los cuerpecitos de los niños bultos terribles, con movimientos horrorosos haciendo de sus estómagos una visión traumática. Cuentan que se hinchaban hasta el límite y vomitaban espuma, musgo y plumas, cubriendo la habitación del olor fétido de las plumas sucias, a veces unían las piernas de los chiquillos como si tuvieran cemento y nadie tenía la fuerza suficiente como para separarlas, También les hacían partícipes de acontecimientos pasados que todos desconocían. Para enojar a los espectadores solían descubrir sus más oscuros secretos poniéndolos en evidencia, Además, los dos niños, pese a no haber estado muy escolarizados, se ponían a hablar en diferentes lenguas: en francés, inglés, en latín y en varios dialectos de otras provincias francesas o españolas cuando, en realidad, jamás habían salido de su Alsacia natal ni escuchado estas lenguas. El don de las lenguas es un fenómeno bastante habitual en los casos de posesión.

Thibault estaba poseído por dos seres maléficos que pretendían llamarse Ypès y Orobas, el primero declaraba que mandaba 71 legiones demoníacas.  Joseph, era la víctima de un demonio cuyo nombre era Solalethiel, mientras que el segundo ser demoníaco que poseía al infortunado niño, no reveló jamás su nombre.

Uno de los demonios que afirmaba habitar en el infierno después de que el Arcángel San Miguel lo echase, presumía de haber estado presente en la crucifixión de Cristo. El 3 de octubre de 1869 empezó un exorcismo que duró dos días y que precisó la presencia de once religiosos. Sólo después de una última invocación a la Virgen Maria, el pequeño Thibault cayó al suelo, liberado para siempre de la influencia maléfica.

En cuanto al exorcismo de Joseph, siempre en Illfurth, se desarrolló el 27 de octubre de 1869 en la capilla de Burnkirch, uno de los más antiguos santuarios de Alsacia, bajo la dirección de Sr. Brey, el cura de Illfurth. ¡Como en el caso de Thibault, los demonios no soltaron presa más que después de numerosas horas y siempre con la evocación de la Virgen María! 

Finalmente, se precisaron no menos de cuatro años para que los dos hermanos fuesen liberados de la influencia demoníaca. Los dos hermanos no pudieron sobrevivir mucho tiempo a las terribles pruebas físicas y psicológicas que habían padecido. Thibaut murió en 1871 a la edad de dieciséis años. Joseph sobrevivió hasta 1882 muriendo a los 25 años.

Inv,: Por Cesar G. Jimenez.