Thibault y Joseph
tenían respectivamente 9 y 8 años de edad, Ellos son los 2 primero niños de los
que se tiene registro como poseído y documentado por Corrado Balducci, el gran de
monólogo y exorcista italiano. La familia Burner, era una modesta familia pobre
y sin historia en este pueblo. El padre, Joseph, era un vendedor ambulante de
cerillas y yescas (substancias inflamables que servían entonces para encender
los fuegos). La madre, Marie Anne era una mujer de su casa que se ocupaba de
sus cinco niños.
Thibault,
el mayor, contaba terribles visiones de un ser de pesadilla visible únicamente
por él, que tenía el cuerpo cubierto de plumas, sus manos eran garras y tenía
un pico de pato. Frecuentemente, se volvía completamente histérico (de veinte a
treinta veces al día) y parecía luchar con este ser invisible que trataba,
según decía, de estrangularlo.
Lo más
curioso era que frecuentemente se encontraba en las ropas del niño, tras sus
luchas encarnizadas, algunas plumas que desprendían un hedor espantoso,
mezcladas con una planta parecida a una hierba acuática.
Con el
tiempo, el suelo de la habitación se fue cubriendo de una densa capa de estas
plumas diabólicas que hacían la atmósfera irrespirable y que la familia eliminó
quemándolas. Sorprendentemente, ellas no dejaban cenizas.
El cura del
pueblo, el Padre. Briey, considerado como un hombre santo, concluyó que se
trataba de un caso de posesión, porque, además de las extrañas manifestaciones
que golpeaban a los dos niños, estos se ponían a blasfemar frecuentemente sin
necesidad de abrir sus bocas salía una voz adulta, se reían del efecto que sus
poderes hacían sobre el personal, como inundar la habitación de un calor
sofocante que era insoportable incluso en el más crudo invierno. Entraban en cólera espantosa a la vista del
crucifijo o del agua bendita. ¡Cuando se pronunciaba el nombre de la Virgen
María, de Jesucristo o de la Santa Trinidad, los niños se ponían a gritar de
terror! Si estando dormidos se les ponía un rosario sobre su cama, se
despertaban de sobresalto y se escondían en lo más profundo de su cama. Además
sus cuerpos, yacidos o sentados, se elevaban por manos invisibles.
También se
producía en los cuerpecitos de los niños bultos terribles, con movimientos
horrorosos haciendo de sus estómagos una visión traumática. Cuentan que se
hinchaban hasta el límite y vomitaban espuma, musgo y plumas, cubriendo la
habitación del olor fétido de las plumas sucias, a veces unían las piernas de los chiquillos como si
tuvieran cemento y nadie tenía la fuerza suficiente como para separarlas, También
les hacían partícipes de acontecimientos pasados que todos desconocían. Para
enojar a los espectadores solían descubrir sus más oscuros secretos poniéndolos
en evidencia, Además,
los dos niños, pese a no haber estado muy escolarizados, se ponían a hablar en
diferentes lenguas: en francés, inglés, en latín y en varios dialectos de otras
provincias francesas o españolas cuando, en realidad, jamás habían salido de su
Alsacia natal ni escuchado estas lenguas. El don de las lenguas es un fenómeno
bastante habitual en los casos de posesión.
Thibault
estaba poseído por dos seres maléficos que pretendían llamarse Ypès y Orobas,
el primero declaraba que mandaba 71 legiones demoníacas. Joseph, era la víctima de un demonio cuyo
nombre era Solalethiel, mientras que el segundo ser demoníaco que poseía al
infortunado niño, no reveló jamás su nombre.
Uno de los
demonios que afirmaba habitar en el infierno después de que el Arcángel San
Miguel lo echase, presumía de haber estado presente en la crucifixión de
Cristo. El 3 de octubre de 1869 empezó un exorcismo que duró dos días y que
precisó la presencia de once religiosos. Sólo después de una última invocación
a la Virgen Maria, el pequeño Thibault cayó al suelo, liberado para siempre de
la influencia maléfica.
En cuanto
al exorcismo de Joseph, siempre en Illfurth, se desarrolló el 27 de octubre de
1869 en la capilla de Burnkirch, uno de los más antiguos santuarios de Alsacia,
bajo la dirección de Sr. Brey, el cura de Illfurth. ¡Como en el caso de
Thibault, los demonios no soltaron presa más que después de numerosas horas y
siempre con la evocación de la Virgen María!
Finalmente,
se precisaron no menos de cuatro años para que los dos hermanos fuesen
liberados de la influencia demoníaca. Los dos hermanos no pudieron sobrevivir
mucho tiempo a las terribles pruebas físicas y psicológicas que habían
padecido. Thibaut murió en 1871 a la edad de dieciséis años. Joseph sobrevivió
hasta 1882 muriendo a los 25 años.
Inv,: Por Cesar G. Jimenez.
Inv,: Por Cesar G. Jimenez.