La posesión de Alexandra Huerta.
Ubicación: San Juan Tlacotenco, Al suroeste de México.
Alexandra Huerta de 16 Años, solo quería contactar con
sus padres fallecidos, tras el deseo de saber si ellos la amaban como ella a
ellos, por lo que convenció a su hermano de 23 años y su primo un adolecente de
que jugaran, pero ella no quería un simple juego quería en verdad tener
contacto con el mundo de los muertos, por lo que hablaron con un brujo de la
localidad para que le aconsejara de cómo lograr entrar a ese mundo, este les
dijo de una planta llamada Brugmansia (La planta de los espíritus). Les explico
que es una planta que utilizan los brujos y para lograr entrar en trance y
contactar al mundo espiritual, esta debe beberse. Pero es peligrosa ya que
debes beber la cantidad exacta para que
no quede espacio en tu estomago, para que ningún espíritu entre en ti, ni más
de lo que tu cuerpo soporta por que podrías no volver del mundo de los espíritus,
Los tres jóvenes salieron del lugar, mirándose
entre ellos decidieron conseguir la planta de los espíritus, y llevar a
cabo su juego de Ouija.
El domingo 12 de junio por la mañana los tres jóvenes salieron
en busca de la planta de los espíritus la cual les fue fácil conseguir en el
bosque, regresaron a la casa y
prepararon la infusión con la planta, arreglaron todo para salir antes de caer
la noche y encontrar un buen lugar para jugar a la Ouija sin ser molestados.
En el camino comenzaron a beber el agua de los espíritus,
olvidando una regla muy importante. Después de buscar un lugar durante una
hora, terminaron regresado a una casa abandonada cerca de sus casas, prepararon
todo sacaron cinco cirios los mismos que acomodaron en cinco puntos, estando
rodeados por los cirios se sentaron en el suelo y comenzaron a jugar, - hay algún
espíritu que nos ayude a hacer contacto?, la tabla se movió lentamente a “SI”,
los sirios se apagaron, gritos desgarradores, blasfemias, risas, llantos, salían
de la casa, el escándalo fue tal que los vecinos salieron corriendo para ver
que ocurría, pero nadie se atrevía entrar, la oscuridad reinaba en esa casa,
fueron a buscar al brujo local pero este no quiso entrometerse en ese asunto.
Alguien llamo a los servicios de emergía, los primero
en arribar al lugar fue la policía, entraron a la casa, hallaron a los jóvenes,
gimiendo como animales, gritando y hablando en lengua extrañas para ellos, con
dificultad los sacaron de la casa pero estos se comportaban como animales y era
difícil separarlos para que no se hicieran daño, los vecinos al ver esto,
llamaron al sacerdote el cual se negó a ayudar ya que ellos no eran adeptos de
su iglesia, pronto llegaron los para médicos quien con ayuda de los oficiales
los inmovilizaron con gran dificultad sobre las camillas, el hermano y su primo
mostraban signos de “posesión”, como la ceguera repentina, sordera y sentir la
presencia de entidades negativas, pero Alexandra estaba peor no podía ser
controlada uno de los paramédicos le administro Diazepam como para diez
personas pero aun así se contorsionaba y gritaba que todos morirían. Debido al
terror que estos estaban causando decidieron intérnalos en el hospital, esa
noche en el pequeño hospital todo fue tensión, al amanecer todos estaban en
perfectas condiciones, pero estos no recordaban nada, el médico los reviso encontrándolos
en perfectas condiciones, por lo que firmo su alta del hospital, pero había algo
que lo inquietaba y no comento y solo dejo en su informe médico, en la base de
la cabeza de Alexandra tenia escrito como con rasguños, “Ella es mía y volveré”…
Basado en hechos reales.
Por: Cesar G. Jimenez.