jueves, 8 de septiembre de 2016

El Mercado De Las Luces

Horror historia: El Mercado De Las Luces

En el pueblo de Imasho en la época del emperador Fou Lu existía un mercado llamado de las luces en el cual se vendía la mejor verdura  y  la carne de la mejor calidad que se pudiera encontrar en el Japón feudal, Las personas venían desde los pueblos más lejanos para adquirir esa fruta, verdura y la carne de ese famoso mercado llegaban familias completas de todos lugares,  las personas comían todo tipo de festines en ese mercado, Un día el emperador salió de su castillo para comprobar tan famosa reputación que recorría por todo el Japón feudal, al llegar percibió un delicioso aroma que provenía  de las frutas y verduras recién cosechadas de los huertos de los campesinos, se acerco a unos de los puesto tomo una manzana y la probo, su sabor era tan intenso y fresco que el quedo asombrado por lo que decidió comprar todo lo que había el puesto, continuo por el mercado mientras caminaba se encontró con un puesto de pieles las cuales eran suaves al tacto, tenían un excelente curtido y acabados sin pensarlo compro todo lo que había en el puesto.  

El emperador continua admirando todo lo que había en el mercado, en ese momento percibió un exquisito algo que le abrió el apetito el aroma venia de  un puesto que estaba al fondo del mercado el cual era atendido por una hermosa mujer de aspecto humilde con un hermosos ojos y un oscuro cabello que llegaba hasta su cintura, el emperador fascinado por el aroma que venía  del puesto, fue directo a el mientras observaba a la hermosa mujer,  se sentó y pregunto a la mujer que es lo que sirves aquí?, es okonomiyaki , se compone de repollo, huevo y carne, sírveme de ese platillo mujer, el emperador devoro el platillo en minutos y pidió más, la mujer había terminado de vender las porciones del día,  por lo cual le pidió de favor al emperador que le esperara hasta el día de mañana para que volviera a degustar el platillo el emperador acepto la oferta y se retiro sonriente.

Pero no estaba conforme con esperar quería saber el secreto de la cocina de aquella mujer por lo que ordeno a algunos de sus hombres que la siguieran con sigilo para que averiguaran el secreto de tan maravillosa comida al caer la tarde, los hombres del emperador se dispusieron a seguir a la mujer decidieron no ir armados ya que solo la seguirían, esperaron que terminara de recoger las cosas de su puesta y cuando ella se marcho la siguieron hasta las afueras de la ciudad caía la noche y continuaba en su encomienda de seguir a la mujer sin parar, no era una difícil tarea aun que estuviera oscuro ya que desprendía un delicado olor a jazmín el cual se volvía hipnotizando salieron del camino y se internaron en el bosque entre la oscuridad aun podían ver a la mujer, así que continuaron, mientras avanzaban el suelo se volvió lodoso, sus pies se hundían y se les dificultaba caminar, sentía que todo era como un sueño hasta que lograron ver que no era solo lodo, eran pedazos de cuerpos en descomposición y viseras, sintieron miedo pero en un instante todos cayeron en un profundo sueño.  

Al recobrar conciencia los hombres del emperador no tenian visibilidad alguna ya que estaban en oscuridad total, de la nada una enorme hoguera se encendió, cual fue su horror ya que en esa cueva colgaban cuerpos del techo clavados en  enormes garfios de acero de los cuales se desprendían algunos pedazos de carne,  al lado de la hoguera estaba la hermosa mujer,  los hombres le clamaron por ayuda, la mujer soltó una enorme carcajada y tomo forma del demonio  temujin el devorador de hombres, los hombres horrorizados empezaron a gritar suplicando por sus almas.

El temujin, dijo griten todo lo que quieran su sufrimiento acabará pronto uno de ellos veía como el temujin partía a la mitad a su compañero y vertía la sangre en una enorme cazuela que hervía sin parar después desprendía la carne del músculo y la ponía en un recipiente, el último hombre suplicaba por su alma, el temujin ignoro sus suplicas y lo levanto y cual si fuera una pieza de pan lo partió a la mitad y exclamo por tus suplicas tu serás la comida de tu emperador y la piel que lo cobijara…

Por: Mario Alfonso Lopez

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