miércoles, 7 de septiembre de 2016

Leyenda del Cipitío

Horror Leyenda: Leyenda del Cipitío
Una de las leyendas más famosas que se han conocido a lo largo de la historia en 
Centro América es la leyenda del Cipitío. 

El Cipitío también conocido como Cipitillo, era hijo de la Sihuanaba, 
que en un principio era conocida como Sihuehuet (Mujer hermosa). Cuenta la leyenda 
que esta mujer traicionó de forma infiel al Dios Sol, con el Dios Lucero de la Mañana, 
por lo que el dios Tlaloc condenó tanto a la madre como al hijo. A la madre la condenó 
a ser una mujer errante y al niño a nunca crecer, y conservarse por siempre en la edad 
de diez años.
Esta mujer vaga errante por los ríos y se aparece a los hombre como una mujer bonita,
pero más tarde se convierte en una mujer fea que puede hasta dejarlos 
locos para siempre.
El Cipitío fue maldecido a quedarse como un niño para siempre, aunque pasaran 
los siglos. Cuentan que hace algunos años, cuando nuestros abuelos eran jóvenes 
era más común encontrar las huellas de un niño en las cenizas de la leña del horno, 
cualquiera pudiera pensar que es una travesura, pero quizá no lo sea, 
a el Cipitío le encanta revolcarse entre la ceniza, y comer mucho de ella.
El Cipitío se caracteriza por ser pequeño y también barrigón, tiene un enorme sombrero 
en su cabeza y se cuenta que sus pies son al revés, por eso cuando intentan seguirlo 
se pierden en sus huellas.
El Cipitío es un personaje inofensivo, que no hace daño pero que si molesta con sus 
bromas y sus risas burlonas. Su espíritu es burlón, se esconde en los matorrales 
a las orillas de los ríos y quebradas para esperar a las muchachas bonitas que llegan 
a lavar o bañarse ahí. Cuando las ve, les dice unos piropos y les tira florcitas y 
piedritas, pero ellas no lo pueden ver.
Cuentan que cuando el Cipitío persigue a una muchacha es difícil que se aleje y la única forma de alejarlo es que la muchacha coma dentro del baño sentada en el inodoro, esto es porque el Cipitío odia los malos hábitos y por lo tanto se aleja rápidamente.

Su leyenda ha ido contando de generación en generación, y a pesar de que a veces 
se le agregan algunos detalles más, la esencia de la leyenda sigue siendo la misma.

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