miércoles, 7 de septiembre de 2016

El toro de los cuernos de oro (Durango).

Horror Leyenda: El toro de los cuernos de oro

Muchos lugareños de los contornos del Cerro del Mercado en Durango,  aseguran haber visto un toro enorme con cuernos de oro.
Una persona de nombre Martín Hernández, que fue conserje en la Escuela Secundaria Mariano Balleza de Canatlan, Durango, asegura haberse topado con dicho toro. El escucho ruidos a media noche así que salió a ver qué sucedía vio como de la cueva salía un gran toro con los ojos rojos como brazas candentes, de su boca al bufar salía fuego y sus cuernos eran brillantes y dorados como el oro. El toro intento embestirlo así que Martín corrió lo mas que pudo esquivando al toro hasta que no le quedo más remedio que meterse en la cueva, al entrar se encontró con una serpiente de proporciones descomunales que infundía terror, la cual unos veinte centímetros de diámetro de cuerpo y unos seis metros de largo. La repugnante serpiente se enredo en el cuerpo de don Martín y con su lengua le lamió la cara y las manos, el siento que el miedo salía de su cuerpo y se sintió con un valor inusitado y misterioso que le permitió continuar con su aventura, la serpiente se desenredo de su cuerpo, conduciéndose ondulante delante de él, le señalo el camino que debería seguir.
Contaba el anciano que llegaron a una parte donde la cueva enancho considerablemente y se miro iluminada por una luz que no se sabía de donde procedía, pero daba esplendor y belleza al espectáculo en donde se veía una cantidad enorme de objetos de oro blanco y amarillo, en donde destacaban grandes piedras preciosas relucientes y brillantes que emitían destellos de distintos grados de intensidad y colores, unas eran blancas, moradas y negras. Los objetos de oro macizo eran innumerables, desde anillos, pendientes, collares, estatuas, vajillas, obras en relieve, cofres. Cuando el hombre enajenado con tanta riqueza tomaba una pieza, la dejaba para contemplar otra y luego descubría otra de mayor belleza, llego hasta él, una mujer joven de unos 20 años de edad, rubia y hermosa que acercándose al intruso le dijo:

Martín, todo esta riqueza es tuya, porque eres el primero en descubrirla, hasta este momento no ha habido mortal alguno que se hubiera atrevido a penetrar a esta cueva donde descansa para siempre este tesoro. Tu lo conquistaste y te quedaras para siempre a vivir con él, hasta la consumación de los siglos, porque no puedes sacar de aquí, ni una sola piedra, solamente el recuerdo de lo que acabas de mirar.

En ese momento escucho un enorme ruido ensordecedor y miro nuevamente al enorme toro negro que pisando sobre aquel fantástico tesoro mugía como con deseos de salir de aquel lugar. Se acerco al animal sin que lo percibiera lo tomo por la cola, El toro enfurecido emprendió su veloz carrera hacia la oscuridad del túnel de la cueva. Con toda la fuerza, se aferro a la cola con las dos manos de aquel animal que mas que correr volaba. Después de unos segundos, sintió el aire fresco de la noche y contemplo las estrellas del cielo, por lo cual ya sabía que  estaba fuera del interior del Cerro del Mercado. Aquella sensación de libertad le hizo desprenderse de la cola del toro, con la velocidad que corría lo arrojo disparado hacia unas rocas en donde cayó y perdió el sentido. A la mañana siguiente despertó desorientado por lo que había pasado con esfuerzo reconstruyo lo que había pasado la noche anterior, don Martín jamás volvió a regresar a la cueva del toro de los cuernos de oro.

Se dice en el cerro del mercado se encontró evidencia que un toro habitaba una cueva pero no se sabe si sus cuernos eran de oro.

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