viernes, 9 de septiembre de 2016

La tumba de nachito

Horror Leyenda : La tumba de nachito 

Una de las leyendas más famosas es la de Nachito, un niño fantasma que aún vaga por el cementerio, pues su historia es muy peculiar que te dejará con la piel chinita.
Se dice que el niño aún no quiere dejar de jugar, pues el pequeño le tiene miedo a la oscuridad por eso deambula por el cementerio.
En el panteón Belén que se encuentra ubicado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, está una de las tumbas más famosas, la de Ignacio Torres Altamirano, mejor conocido como Nachito, quien falleció el 24 de mayo de 1882.
Se afirma que Ignacio sufría de una enfermedad, que consistía en un miedo poco normal a la oscuridad, el cual le provocaba pánico, llanto y gritos en extremo, pues al ocultarse el sol comenzaba a temblar de terror.
Pero lo cierto era que el niño era sólo tenía un miedo extremo a la oscuridad. Para la época en la que vivió nachito aún no existía un sistema de luz eléctrica en Guadalajara, por lo que sólo se alumbraban con la luz del día y por las noches con veladoras o antorchas. Por lo cual la habitación estaba llena de velas para alumbrar al pequeño de la oscuridad.
Una noche, una fuerte tormenta que cayó en Guadalajara, que realizó fuertes corrientes de aire abriendo las ventanas, entre ellas la de Nachito al igual que ese mismo aire apagaba las veladoras, ante este suceso, el niño se despertó, pero encontró todo en oscuridad comenzando a llorar y a gritar desesperadamente, sin embargo sus padres no lo lograr escuchar pues se encontraban dormidos.
Después de un rato y sumido en la desesperación, el corazón de nachito deja de latir, muriendo de un paro cardiaco.
Después de la muerte del Ignacio Torres Altamirano, comenzaron a suceder cosas muy extrañas en su tumba, pues los veladores del panteón encontraban el ataúd de Nachito desenterrado y abierto, por lo que el velador pensó que era alguna broma o que alguien lo había desenterrado, así que volvió a enterrarlo sin hacer mayor escándalo, pero ese suceso no solo ocurrió una vez, sino paso durante 10 noches consecutivas.
Los encargados del cementerio dieron aviso a los padres, ellos recordando la enfermedad de su hijo mandaron hacer pequeño ataúd de cantera y a la mitad de ese ataúd se diseñó una ranura para que la luz ingresara e iluminara el cuerpo del niño que está en el ataúd.
Toda esta historia parece solo alguna leyenda urbana, sin embargo, está documentada en los archivos del cementerio, por los cambios realizados en la tumba, la causa y fechas de muerte del niño.
Hasta el día de hoy, visitantes del panteón Belén siguen llevándole algún juguete a la tumba de nachito, pues aseguran que el alma del pequeño aún sigue presente con deseo de seguir jugando.

Muchas personas han asegurado verlo, quienes visitan la tumba antes de salir han visto la presencia de un niño que los sigue, otros más lo han visto jugar en el cementerio, pero lo realmente sorprendente es que en la tumba de Nachito se pueden escuchar risas, llantos y una voz que saluda.


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