La Siguanaba.(Sur de México, Guatemala y El Salvador).

Horror Leyenda: La Siguanaba.

Sihuehuet (Mujer Hermosa). Realmente era una hermosa mujer, todos los hombres la deseaban pero no ella solo se daba a desear entre ellos ya que consideraba nadie de ese lugar era digno de su belleza, ella era tan hermosa que el dios sol Tonatiuh bajo a cortejarla, pero había otro dios que también estaba muy interesado en tan hermosa mujer Tlahuizcalpantecuhtli el dios lucero de la mañana. Tonatiuh cortejo y procuro a Sihuehuet durante muchos días hasta que por fin la conquisto, pero cada mañana Tlahuizcalpantecuhtli la miraba con deseo pensando en cómo podría tenerla sin que Tonatiuh se diera cuenta de ello, entonces cada mañana le regalo un hermoso amanecer a Sihuehuet, frente a su ventana florecían las más hermosas flores y los pajaron cantaba hermosas melodías, el fresco aroma de las flores inundaba su casa. Poco a poco Sihuehuet comenzaba a enamorarse de Tlahuizcalpantecuhtli quien siempre tenía hermosos regalos para ella, a diferencia de Tonatiuh que solo llegaba a pedir que le sirviera, Sihuehuet cansada de Tonatiuh que ya no la hacía sentir amada trato de dejar pero él le dijo que eso jamás pasaría ya que ella era su tesoro y de nadie más, que el mataría a cualquier mortal que osara pretenderla, Sihuehuet esta tan molesta porque ella no significaba nada más que un objeto para él.

Una noche antes de la primavera Tonatiuh y Sihuehuet pelearon por que ella ya no podía salir de su casa ya que Tonatiuh le había dicho que si salía maldeciría las tierras de toda su familia, Tonatiuh se marcho antes del amanecer, mientras Sihuehuet lloraba en su ventana el lucero de la mañana apareció, la conforto con la calidez de la mañana y sedujo con la fragancias de las flores, entre cantos de las aves dejo que Tlahuizcalpantecuhtli la sedujera, ella se sintió plena y feliz jamás se había sentido más viva, así pasaron cada mañana de la primavera, hasta que Sihuehuet se dio cuenta que estaba embarazada por lo que se lo conto a Tlahuizcalpantecuhtli quien solo sonrió y termino diciendo este seguramente es de Tonatiuh, recuerda que eres su tesoro y de nadie más, Tlahuizcalpantecuhtli  se fue como la mañana. Sihuehuet guardo silencio ante la llegada de Tonatiuh, con los días Tlahuizcalpantecuhtli solo la observaba pero no le volvió a visitar, Sihuehuet le conto a Tonatiuh que sería padre pero este no se mostro muy alegre ante la noticia, aun que Tonatiuh cuido de Sihuehuet y de su hijo. Pasaron 10 años, y Tlahuizcalpantecuhtli se volvió a presentar ante Sihuehuet, ella recordando lo bien que la paso con Tlahuizcalpantecuhtli volvió a entregarse a él, pero esta vez como el hijo estaba en casa, para que él no se diera cuenta lo dejaba solo en casa, fue tal el amor que sintió por Tlahuizcalpantecuhtli que todos los días abandonaba a su hijo dejándolo incluso sin comida, el pobre niño salía al pueblo a buscar entre las cenizas de las hogueras y hornos por sobras de comida aun que estuvieran quemadas, la gente solio rechazarlo y ahuyentarlo de su casas. Un día Tonatiuh Regreso a casa sin avisar y no encontró a Sihuehuet ni a su hijo, así que se sentó a esperar, entonces Sihuehuet entro a su casa y venia abrazada de Tlahuizcalpantecuhtli, Tonatiuh al ver esto enfureció y juro matarlos a los dos comenzó una pelea con Tlahuizcalpantecuhtli que causo tanto escándalo que se hizo presente el dios Tlaloc, los separo y los envió a cada uno  a su origen, Tlaloc descubrió lo que estaba ocurriendo y le dijo “has sido una mala esposa y peor aun una mala madre”,  así que maldijo a Sihuehuet. Desde ese  momento se le llamaría Sihuanaba (Mujer Horrible), ella sería hermosa a primera vista, pero cuando los hombres se le acercaran, ella daría vuelta y se convertiría en un aborrecimiento horrible. La condeno a vagar por el campo, apareciéndosele a los hombres que viajan solos por la noche, aquellos que les gustaba enamorar a las mujeres solo por placer, condenándolos a la locura o la muerte. A tu hijo lo condeno a la juventud eterna como su dolor y será conocido como Cipitío, el seguirá buscando entre las cenizas el calor del amor que tu no le distes y se alimentara de estas por toda la eternida.
Por: Cesar G. Jimenez.